Flan de Calabaza – Cocinando con Rosita

El pasado domingo, aprovechando que tenía un pedazo de auyama (calabaza) y leche evaporada, decidí usar una receta estadounidense del tan conocido, por esos lares y para estas fechas, pumpkin pie. Pero la receta original lleva una lata de puré de calabaza, que por estos sitios no se consigue, entre otras cosas desaparecidas o escasas de este país. Cometí el error (todo cocinero de vez en cuando comete algún desliz, o una mala tarde como los toreros) de no medir el puré de calabaza que la receta dice son 16 onzas, o sea 2 tazas. Por supuesto, me sobró relleno, y lo guardé pensando que podría aprovechar en otra receta.

Se me ocurrió hacer un flan de calabaza, y el resultado no pudo ser mejor.

Se pela la calabaza, se corta en pedazos pequeño y se cocina en agua hirviendo hasta que estén blandita. Se escurre en un colador, y se hace el puré, se machaca con un tenedor o un pisa puré, de modo que quede bien fina la masa, sin grumos. Se mide las dos tazas.

Ingredientes:

2 tazas de puré de calabaza
3/4 taza de azúcar
1 cucharadita de canela en polvo
1/2 cucharadita de jengibre en polvo
1/2 cucharadita de nuez moscada
6 huevos
2/3 taza de leche evaporada*
1/2 taza de leche

2/3 taza de azúcar para el caramelo

*Si no consiguen la leche evaporada, pueden sustituirla por leche fresca (en total dos tazas)

Con la batidora bata bien para que se mezclen, todos los ingredientes, menos el azúcar para el caramelo. Para hacer el caramelo ponga en azúcar en una olla pequeña a fuego medio, dándole vueltas con una cuchara de madera hasta que este dorada, con cuidado de que no se queme para que no amargue. Vierta el caramelo en un molde hondo y dele vueltas para cubrir bien por todos lados.

Luego, se vierte la mezcla de auyama. Se coloca el molde en uno más grande, el cual se llena de agua caliente para cocinar al Baño de María, y se introduce al horno a 350º F (150º C) durante una hora aproximadamente.

Se saca del horno y se deja enfriar. Cuando este a temperatura ambiente se puede meter en la nevera hasta que este bien frío. Generalmente queda mejor al día siguiente. Para servir se pasa un cuchillo por los lados para que se desprenda mejor y se sirve en un recipiente con el caramelo.