Raúl Rodríguez: El Oficio de Infografista

Las infografías son reportajes gráficos que nos permiten diseccionar una historia, entender procesos complejos y captar en una imagen los principales elementos de un hecho, una noticia, una máquina, un edificio, el cuerpo humano, o lo que se quiera describir o contar. Raúl Rodríguez es uno de los pocos que pertenecen a esa tribu híbrida de especialistas, periodistas gráficos por lo general escondidos en el último cubículo de una sala de redacción o en la sala de diagramación. Y su trabajo habla por sí mismo. Hace poco reconectamos con motivo de la publicación de una serie de infografías acerca de la música peruana. Un excelente ejemplo donde distintas disciplinas hicieron equipo para crear fichas (metro maps) donde se recuenta la compleja variedad de ritmos, tendencias y confluencias musicales que forman el universo sonoro de este país suramericano. Aquí conversamos con él, vía e-mail desde Lima, donde trabaja en el Diario El Comercio.

Raúl Rodríguez, historias a trazos

Soy peruano, nací en Lima, tengo 36 años y soy Bachiller en Historia del Arte, egresado de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, la más antigua del continente. Tengo estudios en diseño publicitario y manejo de software. Soy un enfermo del dibujo, del modelado 3D y la música me acompaña a todos lados aunque no suene. Actualmente formo parte del equipo de Infografía e Ilustración del diario El Comercio de Lima.

¿Existe el oficio de infografista, infógrafo? No lo consigo en el diccionario de la RAE

Existe desde hace mucho en las enciclopedias y en los periódicos. Muchas revistas muy antiguas como la National Geographic, Popular Mechanics o Fortune han publicado infografías espectaculares, pero no se les entendía como tal. Eran entendidas mas bien como diagramas o grandes ilustraciones con anotaciones en texto, que se volvieron la marca registrada de dichas publicaciones.

Lo que marcó el inicio de las secciones dedicadas exclusivamente a esta forma ágil, artística en muchos casos y entretenida de contar historias fue, según muchos entendidos, la Guerra del Golfo Pérsico en 1990. Las redacciones de los periódicos entraban a la era digital en telecomunicaciones y por ello era posible saber con cierto detalle los acontecimientos en tiempo real y al día siguiente la competencia por quien tenía la mejor cobertura era feroz. Hay que tener en cuenta que los diarios no solo competían entre sí, también competían contra la cobertura televisiva (esa es la razón de la presencia del color en muchos diarios, que no lo tenían hasta la década de 1980).

Este acontecimiento marcó el inicio del uso masivo de los elementos que componen las infografías que vemos actualmente: mapas, cortes sagitales de aparatos, diagramas de las tácticas de guerra, cuadros estadísticos, etc. Los grandes medios impresos de aquella época vieron en la infografía una posibilidad de presentar las noticias de una manera que no tenía competencia con la radio o la televisión.

Lo que me he dado cuenta es que cada infografista tiene su historia, y las circunstancias en las que llegaron a ella es distinta una de otra. Entre los infografistas hay diseñadores, arquitectos, programadores, comunicadores, ilustradores, etc. Pero lo que todos tienen en común es que hacen periodismo con sus habilidades y las complementan trabajando en equipo. Esto, sin duda, enriquece el oficio y los resultados son interesantes.

El oficio de infografista existe, pero no hay un perfil específico para dedicarse a esto. Lo que sí debe haber es el compromiso de hacer periodismo de forma ética, poder trabajar en equipo y estar preparado para cualquier contingencia que surja en la redacción. Yo, particularmente, me defino como alguien que cuenta historias y que normalmente tiene muy poco tiempo para hacerlo.

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El germen y la raíz

Yo vengo del cómic. De hecho, ése fue mi primer trabajo en prensa cuando tenía 16 años, así que muchas veces tengo la sensación de que esa experiencia está presente en mi trabajo actual. De los infografistas que admiro hay muchos. Mis primeros maestros fueron los de la sección de infografía de El Comercio, con quienes hice prácticas durante un tiempo para después formar parte del staff. Fuera del Perú aprendí de Alberto Cairo, pionero de los gráficos web en elmundo.es, la gente de El Correo de Bilbao, especialmente de Fernando Baptista quien actualmente trabaja en National Geographic, de la sección de infografía del diario Público de España, quienes marcaron la pauta en los últimos años.

Como ves, para entender la infografía actual hay que ver lo que se hace en España y los equipos que se conformaron allí en diversas épocas. También sigo mucho los gráficos de The New York Times, cuya coberturas electorales son probablemente las más esperadas en el mundo.

¿Aún tienen importancia el lápiz y el papel?

Al lápiz y papel no lo reemplaza nada, allí nace todo. El bosquejo es lo que haces apenas tienes una idea de lo que quieres graficar. Es el mapa de donde sale el arte final y es donde se deben replantear las cosas de ser necesario (y comúnmente pasa que es necesario). Creo que no podría andar por este planeta sin una libreta, un lapicero y mis plumones con punta de pincel. Me gustan las computadoras, pero creo que fallarán algún día y espero estar preparado para ello.

¿Está subvalorado el oficio de la infografía?

No creo que sea de los menos apreciados, lo que puede ser es que es una comunidad reducida de profesionales. Eso tiene su lado bueno: muchos nos conocemos y estamos en contacto permanente. Una vez al año toda la comunidad de infografistas se reúne en los premios Malofiej en la Universidad de Navarra. No hace falta un auditorio para ello, hace falta un salón y ahí entramos todos.

En cuanto al asunto del multimedia yo veo que la infografía ha entrado más como forma que como contenido. A mucha gente le parece muy “hip” hacer gráficos con datos sueltos que llueven sobre la pantalla, pero eso para mí no funciona. Por supuesto que hay grandes gráficos hechos para internet y dispositivos móviles, pero por la manera en que me haces la pregunta sospecho que no ves que haya la presencia que se espera, opino lo mismo. Creo que tiene que ver con lo que mencioné primero, que hay una comunidad pequeña de profesionales y por otro lado hay criterios que tienen que ver con el social media que hacen que la presencia de la visualización de datos no se dé, o si lo hace no es de la manera adecuada.

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El potencial de los aplicativos (apps)

He tenido una pequeña experiencia haciendo gráficos multimedia, creo que es un recurso importante, pero las aplicaciones y el social media no generan contenido y por lo tanto no monetizan. El negocio de las comunicaciones consiste en generar contenido, y contenido de calidad para nichos cada vez más especializados. En la medida que los infografistas puedan hacer su trabajo, éste se convertirá en un potente divulgador de contenidos más allá de la plataforma que se utilice.

Los viajes: Buscando referentes

Tuve la oportunidad de visitar las secciones de infografía de la National Geographic Magazine y The New York Times. Para cualquier infografista es como llegar a los talleres de donde salieron las infografías que marcaron época y lo siguen haciendo. De hecho, es algo que muchos profesionales hacemos, vemos como se organizan, preguntamos que software utilizan, o cómo hicieron algún gráfico específico. De ambos me queda la sensación de que tienen una mística de trabajo comprometida con la excelencia periodística y gráfica. En el caso específico del NYT, entienden la infografía como un elemento de lujo dentro de una publicación, que de ser utilizado de manera indiscriminada pierde el impacto que debería tener, y eso lo tienen tatuado.

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La inspiración: la música

Es indispensable, sin eso no funciono. Suelo jugar con ponerle imágenes a la música y ponerle música a las imágenes todo el tiempo.

Si publicases tu propio medio, ¿cómo sería?

Creo que la manera que tiene el infografista de acercarse a la noticia le permite ofrecer algo diferente siempre. Independientemente de la plataforma que se use, pienso que es posible ofrecer un medio en donde la infografía sea la médula. Particularmente haría énfasis en la posibilidad de ir actualizando una información a medida que se van sabiendo detalles.

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Afincado en el Perú, los aportes personales

Como todo en la vida las cosas pueden salir bien o mal, pero lo que puedo reconocer como constante en mi carrera es la curiosidad feroz y la seguridad de que todo se puede mejorar.
Más que el cordón umbilical, siempre tuve la sensación y la certeza de que había muchas cosas por hacer en mi país y sigo pensando así. Aparte de mi trabajo actual, he hecho cómics, ilustraciones para revistas infantiles y para publicaciones de carácter literario. También me gusta andar por ahí haciendo apuntes rápidos en la calle, algo que comúnmente se llama “urban sketching”.

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Foto: Original de Pedro Vega – Cortesía de Raúl Rodríguez. Pueden ver el portafolios de Raúl Rodríguez aquí.
Página oficiaL: www.inforaulrodriguez.com