Algunas veces la distancia geográfica e ideológica es un factor que ayuda de manera determinante para mirar en perspectiva. En la historia del colectivo peruano Novalima se entrelazan varios aspectos musicales, desde el encuentro de varias generaciones que aprecian y entienden su tradición cultural, hasta las posibilidades creativas y laborales que la tecnología ofrece para renovarla a través de formatos actuales.
Grimaldo del Solar estaba en Barcelona, Rafael Morales en Londres, Carlos Li Carrillo se ubicaba en Hong Kong y Pablo Zubiela en Santiago de Compostela; entonces decidieron comenzar a compartir archivos vía correo electrónico entre ellos, junto a Ramón Pérez Pietro que se quedó en Lima. Todos se conocían bien por su pasado en bandas seminales del rock peruano: Currículum Mortis –quienes hacían trash metal– y Avispón Verde –psicodelia–, pero ahora se planteaban entrecruzar a la electrónica con elementos traídos del folklore.
Y es que desde su surgimiento en el 2003, estos músicos se asomaron al pasado musical del Perú, tomando siempre en cuenta la existencia de, al menos, tres vertientes: la indígena, el legado español (y por ende, europeo), más la parte afro que fue traída por los esclavos.
Al momento de nutrir sus composiciones con partes grabadas directamente por músicos entró en juego Mangue Vásquez, en las percusiones, junto a las voces de Juan «Cotito» Medrano y la genial Milagros Guerrero, quienes cuentan con una larga trayectoria difundiendo la música criolla. De la virtualidad pasaron el encuentro personal y de repente ya giraban juntos para presentar un álbum debut homónimo en el que cabían ritmos de baile junto a fragmentos de bossa nova e influencias orientales, siempre bajo la batuta del ritmo afroperuano.
Desde entonces no han parado; se han convertido en una de las agrupaciones que mejor representan a su país en el extranjero, pero que no son tan conocidas localmente. No cabe duda que les aplica aquello de que «nadie es profeta en su tierra». ¿Cuántos artistas, no se diga peruanos sino sudamericanos, se han presentado en la mayoría de los festivales más influyentes del mundo? En la lista de Novalima se cuentan Roskilde, WOMAD, Pirineos Sur, Central Park de Nueva York, Festival de Jazz de Montreal y Millennium Park de Chicago, entre muchos otros. En México tuvimos la fortuna de tenerlos tocando en el Monumento a la Revolución como parte del cierre del Festival de México en el 2011 junto al Sonidero Nacional.
Han sabido alternar las exigencias de una demanda internacional con el desarrollo de una discografía en progresión, constituida por Afro (2005), la versión de remixes de Coba Coba (2008) y Ritmo Perú (2011), hasta antes de la llegada de Planetario, editado por Wonderwheel Recordings, disquera afincada en Brooklyn, Nueva York.
Planetario no hace sino ratificar lo que ha sido la esencia de la banda y su perspectiva, porque entre distintos aspectos habría que destacar dos cosas: Que se concibió y se grabó durante las giras, y que ese movimiento constante es su principio rector. Además de que se trata también de un sincero homenaje a Mangue Vásquez, quien lamentablemente falleciera el año pasado. La canción «Como yo», que abre el álbum, es la encargada de concentrar este tributo.
El resultado son once canciones que han sido recibidas con elogios por parte de medios tan prestigiados como el diario británico The guardian y la cadena de radiofónica National Public Radio (NPR) en los Estados Unidos. En ellos se nota la afectuosa convivencia que tienen junto a un buen número de invitados, desde Marc de Clive Lowe, pasando por el Dj Panko, de Ojos de Brujo (España) y hasta el rapero cubano Kumar.
Novalima ha conseguido darle una vuelta de tuerca a su material a través de la asimilación de algunos ritmos colombianos que se suman a las aportaciones de músicos como Eka Muñoz, Pernett y La Mamba Negra. El grupo de salsa La 3 se encargó de coordinar unas sesiones en las que grabaron las maravillosas canciones: «Mi canto» y «Quebranto», está último citando a las viejas melodías salidas de canciones de cabaret.
A pesar de haber sido nominados al Grammy latino e incluidos en el soundtrack de la película Machete de Robert Rodríguez, estos músicos tan audaces sabían que era necesario renovar su sonido e incursionar en otros ritmos. De entre sus recientes resultados mencionemos «San Antonio» y «Tinkalamina», la primera centrada en la melodía y los quiebres, la segunda toda poderosa en ritmo.
Novalima apuesta por lo multicultural, por el equilibrio entre tradición y modernidad y por la búsqueda de nuevas estructuras para la música de nuestro tiempo. Entienden que la geografía se va compactando y que puede lograrse una música que no sólo represente a un pueblo, sino que abandera a todo el orbe. No en vano su ambición se entrevé desde su propio nombre.
You must be logged in to post a comment Login