Esta muestra no tiene muros. No hay paredes que separen a las dos escenas que se retroalimentan, solo las visiones de dos fotógrafos que coinciden en el tema: Rock Mexicano, pero divergen en técnica, estilo y composición. El fotógrafo mexicano Oscar Zagal (Los Ángeles, CA) expone junto a su par, Fernando Aceves (México DF) en un montaje que contrasta dos visiones del rock mexicano a ambos lados de la frontera.
La exhibición RockInMéxico, estará disponible desde el 7 de julio en las instalaciones del Consulado de México en Los Ángeles. Podrán admirarse retratos de figuras del rock mexicano contemporáneo como Café Tacvba, Moderatto, Fobia, Inspector, y bandas angelinas –algunas efímeras, como Los Abandoned, Montenegro– que han surgido como parte de la diáspora mexicana que convirtió a Los Angeles en la llamada “capital del rock en español”. Conversamos con Oscar Zagal mientras prepara los últimos detalles de la apertura de la exhibición que incluirá música y retratos en vivo.
¿Cómo surge la idea de RockInMexico?
La idea ya es algo que se venía dando naturalmente entre el trabajo de Fernando y el mío. Los dos nos hemos dedicado a documentar a la música como trabajo y como pasión. El consulado buscaba algo que encajara en el marco del año de México en Los Ángeles. Se acercó primero a Fernando para que mostrara su trabajo, pero el consideró que mis fotos complementaban la historia que el venía trazando desde México.
¿Por qué el rock mexicano puede servir como vehículo de difusión para limar la imagen del bad hombre de la era Trump? ¿Qué elementos posee para llevar en alto la bandera mexicana?
Como toda expresión artística, la música muestra al ser humano en un ámbito creativo de alta sensibilidad. Y más allá de eso, el rock muestra al individuo como alguien que ejerce su libertad de expresión y con cierta rebeldía, no como una caricaturizada versión de un hombre bueno o malo.
¿Hay paredes entre el rock que se hace en México y el que se hace en Los Angeles? ¿Qué los une? ¿Qué los diferencia?
El rock que se hace en los Estados Unidos es muy diferente al de México, tiene su propia voz y un público diferente. En cierta forma, la música de este lado es un poco más nostálgica y tal vez un poco menos experimental, musicalmente hablando (claro, con sus excepciones). Pero las dos tienen ese carácter rebelde que identifica al rock.
¿Por qué el rock mexicano/méxico-americano forma un parte tan importante de tu cuerpo de trabajo?
Mi adolescencia se rodeó de grandes cambios culturales. Yo crecí en México en los ochentas. En era poca la música de rock que se podía escuchar en los medios masivos. Cuando se empezó a darle más libertad a bandas de rock en la radio se formó toda una revolución. Bandas como Caifanes, Ritmo Peligroso, Kenny y los Eléctricos, Cecilia Toussaint y muchos otros, nos cambiaron el mundo a los adolescentes que buscábamos alternativas, que buscábamos alguien que contara nuestras vivencias. Era como que alguien nos confirmara que en realidad existíamos e importábamos. En realidad, lo primero que quise hacer antes de tomar fotos, fue formar una banda y tocar. Terminé tocando con muchas bandas en México y en Los Ángeles, pero nunca en un proyecto muy profesional. Eso sí, la experiencia musical me ayudó a entender más el ambiente de la música y calidad teatral que conlleva el rock. Creo que haber sido en parte músico me ayuda a simpatizar con lo extraño que es dedicarle la vida a algo tan exigente.
¿Cómo escogiste las fotos de esta muestra? ¿En qué basas el criterio? No es que sean precisamente tus bandas preferidas…
Cada foto de esta muestra tiene una historia muy especial para mí. Cada una fue tomada bajo condiciones muy desfavorables, ya sea en lugares muy incómodos, robándole unos minutos a los músicos antes de salir al escenario y simplemente en medio de una apresurada rueda de prensa. Todas estas imágenes son momentos robados, son como un motín visual arrebatado en unos instantes.
¿Qué es esencial en una foto de Oscar Zagal? ¿Qué elementos son clave en tus composiciones?
Retratar a alguien es algo muy raro, es en cierta forma como robarse algo en frente de alguien. En mi caso, cada vez que empuño la cámara enfrente de una banda, trato de robarles un look, una carcajada un mirada contemplativa ¡lo que sea que me den!
Todo tiene un valor, simplemente hay que saber reconocerlo en segundos y capturarlo.
Cuando fotografío a alguien en sesión creo que mucho de lo que me dan en cámara es un reflejo de mí mismo. Es como llevar una charla, el intercambio es recíproco.
¿Cómo preparas al sujeto? ¿Cómo se lograr el click entre el fotógrafo y el sujeto para lograr el objetivo de la foto? Por ejemplo, lograr que Ximena Sariñana pose sobre una mesa de billar.
Cuando estoy fotografiando, mi mente va a mil por hora. Hay preparar cámaras, luces, set y además tener en mente que hay crear una imagen que pueda trascender. Con todas estas cosas en la cabeza, de repente la manera más apropiada de preparar a un músico es simplemente charlar acerca de su música, o simplemente platicar del clima. Lo importante es que confíen en mí, una confianza que se tiene que ganar en cuestión de minutos, o segundos. Una vez que esto pasa, le puedes pedir a alguien que haga lo que tú quieras.
En mis fotos los músicos brincan, se tiran al suelo sacan la lengua, o simplemente crean un momento contemplativo y de paz, o tal vez lo contrario: un momento con mucha tensión.
¿Cómo explicas el proceso creativo de tus fotos en momentos y espacios tan comprometidos? ¿Cómo logras crear la sensación de fotos de estudio en entreactos, con espacios y tiempos tan reducidos?
Me gusta mucho fotografiar a performers con iluminación de estudio. Creo que amplifica la imagen, en cierta forma como cuando una guitarra distorsionada amplifica un solo. Muchas veces no es fácil ejecutar este estilo, sobretodo cuando el espacio es reducido y el tiempo limitado, pero tengo mucha experiencia trabajando rápido y en medio del caos. Creo que así trabajo mejor, me nutro de esa energía. En este trabajo los espacios son reducidos pero aun así me gusta hacerlos sentir de un look elevado y lleno de color o contrastes.
El contraste de texturas es algo muy notorio en las fotografías de esta serie. ¿Es adrede, es parte de tu estilo? ¿Cómo lo logras?
Creo que esto es más parte de mi estilo. Pero para esta serie me gusta mucho la luz fuerte y directa. Creo que va con el estilo de rock.
En cuanto a los sujetos, a veces se habla de lo difícil que es realmente poder fotografiar a artistas, ¿Qué retos puedes mencionar de esta serie? ¿Qué anécdotas vienen a tu cabeza?
Todas las imágenes de esta serie tiene una pequeña historia detrás. Fotografiar a Café Tacvba fue muy difícil, pues en ese momento no estaban haciendo más que entrevistas en medio de una sala llena de mesas, micrófonos y gente por todos lados. Yo quería capturar un imagen donde solo existieran ellos pero no tenía tiempo de regresar a donde estaba todo mi equipo, así que utilicé el mantel negro de una mesa y a dos amigos sosteniéndolo como mi fondo de estudio. A los chicos del grupo les encantó la idea de esa improvisación, y terminaron dándome una sesión increíble.
Son fotos de grupo, tal vez usuales en el ambiente de rock, pero también tienes presencias inesperadas como la pareja embarazada de Rubén Albarrán, mostrando su vientre.
Cuando te embarcas en un proyecto que es parte documentacion y parte sesión fotográfica, tienes que estar preparado para improvisar e integrar todo lo que rodee al músico. En el caso de Rubén Albarrán me sorprendió con la presencia de la entonces su esposa embarazada. Logramos unas imágenes muy padres integrando a los tres.
¿Qué papel juegan las fotos de detalle en esta serie?
Humanizan al artista.
¿Qué planes tienes para esta serie, habrá más oportunidades de verla?
El plan para esta exposición es llevarla a otras salas en el pais y tal vez en México y, posteriormente, publicar un libro.
EN LO PERSONAL:
Y volviendo al fotógrafo, quiénes son sus mayores influencias en la fotografía? Habla un poco de tu background. Cómo te inicias, cómo llegas a Los Angeles.
Para mí, mudarme a Los Ángeles fue una experiencia un poco traumática, pues me sentía un poco desconectado de la cultura de aquí. La música y la fotografía me sirvieron como vínculo de integración a lo que pasaba en la escena local. Llegué a Los Ángeles a los 19 años, dejando atrás a todos, a mi banda (las Orquídeas Susurrantes), a mi rock en español y a todos mis amigos. Me vine aquí a hacerle compañía a mis hermanos menores y a mis padres. En ese momento Los Ángeles no me atraía, con el tiempo desarrollé un amor apasionado por esta ciudad y su cultura.
¿Qué te falta por fotografiar en el rock mexicano? ¿Algún proyecto en particular?
Quisiera fotografiar a todas las bandas contemporáneas de México y Latinoamérica. No solo las de rock, también estoy interesado en otros géneros de música, como la banda y los tríos.
¿Qué otros temas te interesan?
Estoy muy interesado en fotografiar a artistas en general, actores, payasos, luchadores o cualquier persona que se entrega en un escenario. En los últimos años me estoy enfocando más en llevar mi visión al video. He trabajado en algunos proyectos comerciales de video, pero me gustaría crear proyectos más personales, tal vez una serie o cortometraje.
¿Dónde?
CCCM – The Mexican Center for Culture and Cinematic Arts of the Mexican Consulate in Los Angeles. Dirección: 2401 W 6th St., Los Angeles, CA 90057
Websites:
Oscar Zagal www.oscarzagal.com
Fernando Aceves www.fernandoaceves.com
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